Un viaje mágico en un entorno encantador

La experiencia de alojarse en un antiguo monasterio es extraordinaria. Las habitaciones son amplias y cómodas, y el acceso al claustro es una maravilla, sobre todo disfrutarlo en la tranquilidad de la noche. Me encantó la comida en el restaurante Las Vigas, donde los platos son sabrosos y bien presentados. Sin embargo, el desayuno podría ofrecer más variedad para ser de cuatro estrellas.

Insisto, este lugar es super recomendado for unas breves vacaciones

Precioso hotel, encantadora decoración, con un desayuno delicioso y aire acondicionado en la habitación, lo que lo hace perfecto para disfrutar tras un día de exploración por la zona.

Todo ha sido maravilloso

encanto histórico cerca de increíbles monumentos

Estar en un antiguo monasterio es una experiencia extraordinaria, además, la ubicación es perfecta, ya que en menos de 5 minutos puedes llegar a la Iglesia de San Andrés y disfrutar de su belleza arquitectónica mientras paseas por la zona.

A. Arquitectura impresionante
B. Comedor acogedor
C. Jardines relajantes

A. Baño descuidado
B. Desayuno escaso
C. Calefacción excesiva

arquitectura histórica espectacular, acceso a jardines inmaculados, experiencia de hotel-museo

Las habitaciones son pequeñas y necesitan actualización!!! La decoración tiene detalles bajos como flores de plástico y telarañas!!! Además, el ambiente del restaurante podría mejorar con mejor selección musical!!!

Recomiendo explorar los jardines del hotel. son realmente relajantes y ofrecen un buen espacio para desconectar después de un día ajetreado.

el entorno del real monasterio de san zoilo es impresionante, rodeado de jardines amplios y un ambiente de tranquilidad. el personal fue muy amable, dispuesto a ayudar con cualquier pregunta que tuviéramos 😊.

la música de llegada era un poco triste 🎶.

una experiencia única en un monasterio y un exquisito desayuno con productos locales

El Real Monasterio de San Zoilo es un lugar impresionante, lleno de historia y encanto. Las instalaciones son realmente acogedoras, especialmente el restaurante Las Vigas, que ofrece un ambiente perfecto para disfrutar de la gastronomía local. La amabilidad del personal se siente en cada rincón, brindando un trato cálido y atento que hace que tu estancia sea aún más placentera. Destaco la tranquilidad del entorno y el acceso a los hermosos jardines, ideales para relajarse después de un día explorando la zona. Sin duda, volvería a este rincón maravilloso.

Recomendado para quienes buscan paz y tranquilidad

La atmósfera en este sitio es realmente única, pude disfrutar de la visita al claustro y ver cómo el agua del río susurraba al lado del monasterio. Además, el desayuno era bastante bueno, aunque un poco limitado, los detalles en la presentación de la comida realmente hablaban sobre la atención que ponen en cada plato.

No fue barato, pero la experiencia lo vale.

El Real Monasterio de San Zoilo es un verdadero tesoro. Las habitaciones son tan amplias que me sentí como si estuviera en un mini palacio, ¡con almohadas suficientes para hacer un castillo de sueños! El restaurante Las Vigas es un lugar encantador donde la comida es más sabrosa que un abrazo de abuela, cada bocado te hace sentir como en casa.

Baño descuidado

la habitación era muy amplia y tuvimos muchas almohadas para elegir. el acceso al baño tiene un escalón incómodo.

El hotel es un lugar espectacular con amplias habitaciones y un comedor muy acogedor donde la comida es deliciosa. Disfrutamos de un rato en los jardines y de un salón muy cómodo para relajarnos después de un día ajetreado. Solo echamos en falta que el agua del bidé no funcionaba bien, pero eso no arruinó nuestra experiencia. ¡Recomiendo explorar los bellos entornos de este lugar! 🌳

La decoración del hotel es muy atractiva y proporciona una experiencia única. Disfruté de la tranquilidad en los jardines y la comida en el restaurante Las Vigas fue deliciosa. Sin embargo, la habitación que me tocó era más pequeña de lo esperado, y el ruido en los pasillos puede ser un inconveniente al dormir. A pesar de esto, es un lugar que vale la pena visitar.

El entorno del monasterio es impresionante, con jardines amplios que crean un ambiente tranquilo. La habitación me pareció amplia, con dos camas cómodas y opciones de almohadas. Sin embargo, el baño estaba un poco descuidado y mostraba signos de antigüedad. El desayuno no cumplió con las expectativas de un hotel de cuatro estrellas. era escaso y la calidad no fue buena, además, los precios son bastante altos. La calefacción en las áreas comunes estaba excesivamente fuerte, mientras que en la habitación apenas funcionaba por la tarde. En general, el edificio tiene un carácter singular, pero hay varios aspectos que necesitan atención.